Todos de alguna manera nos sentimos comprometidos con la artesanía y el uso logístico de sus productos al servicio del hombre. Desde un sencillo calado elaborado con el mimo de siempre, una manta urdida a varios lisos o una olla levantada con nuestros barros; hasta los sonoros timples realizados con diversidad de maderas o a las miniaturas que han hecho más pequeño el mundo, nos hacen sentir en constante comunicación con las formas y los valores de su uso.
La creatividad, las técnicas y los procesos de la producción artesanal en Tenerife, como cualquier producto que debe competir en mercados abiertos, exige adaptarse a las tendencias del mundo contemporáneo, buscando la diferenciación, en gran medida anclada en la tradición y en el patrimonio cultural vivo de la isla, pero con propuestas que respondan a nuevos gustos y nuevas tendencias, si deseamos mantener el trabajo de la artesanía como una forma de vida y desarrollo humano.
En este contexto el Cabildo Insular de Tenerife, siempre comprometido con el sector y las demandas de mercado, se propone ampliar soportes de singular importancia para la producción artesanal, con la finalidad de conseguir que prime la excelencia y la calidad en el resultado final de los objetos.